Cuando pensaba en el título “El mercado laboral del futuro”, se me ocurría que hace un año pude haber escrito sobre si los robots suplirían el 50% o más de las actividades operativas y asistenciales de las empresas, o sobre cómo la transformación digital está trayendo nuevas opciones de empleo y maneras de trabajar o quizá cómo el teletrabajo puede ser una mejor opción de trabajo, etc.
Sin embargo, ante la declaración el 11 de marzo de 2020 por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de una pandemia global por el covid-19, donde las medidas de prevención recomendadas no solo fueron lavarse las manos, sino el distanciamiento físico entre las personas, lo que llevó al distanciamiento social, uso de mascarillas que limitaban la visión de la cara y el aislamiento idealmente a las personas vulnerables: como son las personas de la tercera edad y con padecimientos como diabetes, obesidad, cardiopatías, enfermedades respiratoria, hipertensión entre otras.
Mi idea sobre el Trabajo del futuro me llevó a pensar en los supervivientes.
Estas empresas que lograron sobrevivir a los casi 180 días de confinamiento, empresas que superaron y se transformaron sus modelos de negocio, sus procesos, sus maneras de hacer las cosas. De las lecciones que nos dieron las empresas que no quebraron, lo que podemos rescatar es que en muchas de ellas, algo es cierto, los mismos dueños, directivos y colaboradores tuvieron que innovar y echar mano de sus aptitudes.
Y esa capacidad de permanencia y adaptación fue el resultado de las nuevas competencias y cualidades que el futuro ahora presente nos exige.
Aquí algunas de estas competencias:
- El coraje:
La capacidad de reponernos de grandes privaciones y superar los obstáculos. Esto nos lo da la resiliencia y el optimismo. - Manejo del Estrés:
Esa capacidad de actuar de manera positiva idealmente ante un suceso. No todos actuamos de la misma manera ante un acontecimiento, algunos lo hacen de manera neurótica y otros de manera positiva. Hoy sabemos que la manera negativa ha traído depresión, ansiedad y otras enfermedades colaterales que no permiten sanidad en los hogares y por ende en el ámbito laboral. Recuerda, todo evento es neutro y de ti depende el sentido y orientación que le quieras dar. - Manejo del caos:
Hoy necesitamos líderes y colaboradores capaces de manejarse en ambientes VUCA (Volátiles, Inciertos, Complejos, Ambiguos). - Autocontrol y autogestión:
El teletrabajo ya no es una tendencia, es una necesidad que además orilló a muchas empresas a replantear la co-ubicación de sus centros de trabajo, hoy vemos edificios de cientos de personas abandonados por llevar los centros de trabajo a los hogares de los colaboradores.
Y la empresa tiene también grandes retos:
- Mirada más humana:
Entender que los colaboradores son seres humanos integrales, por lo cual requieren extender sus mecanismos de apoyo psicológico, sobre todo a esa población que veía en la oficina un espacio físico de refugio ante violencia en el hogar. - Vinculación:
Aunque se vea con éxito el tema del teletrabajo, este deja espacios físicos en común y herramientas colaborativas que permiten a los miembros del equipo seguir desarrollando habilidades sociales. - Educación a la familia:
El home office no es una opción para que mamá y papá tenga más tiempo de quehacer o juego en la casa. Es un nuevo método de trabajo. - Evitar el presentismo laboral:
El trabajar desde casa sin las capacidades personales y tecnológicas, puede derivar en la ausencia de foco de la gente en su tarea, lo cual se vuelve un riesgo no sólo en la productividad, sino en la posibilidad de conflicto en la relación líder – colaborador.
Así pues, hablar del mercado laborar del futuro, hoy me lleva a pensar en temas más profundos que sólo los gaps de puestos críticos en las industrias y la venida de los robots. Me lleva más a pensar en que el futuro laboral llegó a una gran cantidad de empresas, las cuales sucumbieron, sin gente con capacidades de innovación para las nuevas realidades de ambientes VUCA, sin gente con capacidad real para el teletrabajo, sin gente con habilidades digitales, sin gente con madurez emocional, sin gente capaz de tener empatía con su empleador ante la falta de ventas, sin gente con pasión y capacidad de reinventarse. El mundo de hoy requiere, más que nunca, de un futuro laboral flexible, adaptable, innovador y con alto sentido de identidad y pensamiento sistémico, capaz de no morir aún ante la peor pandemia, esto me llevo a pensar en los Supervivientes.